🌸 Pubertad Precoz: Tratamiento Hormonal en el IMSS 🌸

En México, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) ofrece un tratamiento hormonal para abordar la pubertad precoz en niñas y niños. Este tratamiento consiste en inyecciones intramusculares que buscan controlar los cambios del desarrollo que ocurren antes de la edad fisiológica normal, especialmente cuando se manifiestan antes de los 8 y 9 años en niñas y niños respectivamente.

Atención Integral para Prevenir Problemas de Talla y Emocionales

La Dra. Mayra Torres Castañeda, quien forma parte del Servicio de Endocrinología Pediátrica de la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE) Hospital General del Centro Médico Nacional La Raza, enfatiza la importancia de la atención oportuna a la pubertad precoz. Esta condición se caracteriza por el crecimiento mamario en niñas y el aumento de los testículos en niños, cambios que a menudo pasan desapercibidos por los padres.

Es esencial que los padres estén alerta a los signos de estos cambios y busquen atención médica integral. La prevención temprana es crucial para evitar impactos en la talla final y situaciones emocionales que podrían afectar el desarrollo de los niños.

Diagnóstico y Tratamiento

El diagnóstico de la pubertad precoz se realiza a través de estudios de laboratorio para evaluar la producción hormonal de estrógeno y testosterona. Además, se realiza una radiografía de la mano para determinar la maduración ósea y la edad de los huesos, lo que ayuda a evaluar el compromiso de la talla.

Una vez confirmada la pubertad precoz, los pacientes comienzan un tratamiento con medicamentos inyectables, que pueden administrarse mensual o trimestralmente según cada caso. Este tratamiento, con una duración de uno o dos años, tiene como objetivo inhibir la producción de hormonas como el estrógeno y la testosterona. Esto detiene el aumento de las mamas en niñas y el crecimiento de los testículos en niños.

Resultados y Seguimiento

La Dra. Torres Castañeda enfatiza que el tratamiento hormonal es altamente efectivo. Además de detener los cambios físicos no deseados, como el crecimiento de las mamas o el aumento de los testículos, permite a los menores continuar su crecimiento normal. Las hormonas quedan en pausa, permitiendo que los niños continúen desarrollándose de manera adecuada.

El seguimiento médico es esencial, realizándose cada tres o cuatro meses. La pubertad precoz puede manifestarse entre los dos y cuatro años de edad, siendo más común en niñas. Aunque no existe una causa específica, una vez que las niñas presentan la menstruación, se considera que su crecimiento ha concluido.

Impacto en la Talla Final y la Salud Emocional

La Dra. Torres Castañeda aclara que la pubertad precoz no afecta la salud general de los niños, sino que se relaciona principalmente con la talla final que alcanzarán. Fisiológicamente, el inicio de la pubertad marca el último impulso de crecimiento. Los menores no están emocionalmente preparados para afrontar esta etapa, lo que puede generar daños emocionales.

Los padres deben estar atentos a los cambios y comunicación de sus hijos, observar cambios físicos y buscar atención médica si es necesario. Si las niñas experimentan molestias en el pecho o los niños tienen cambios visibles en sus genitales, es importante consultar a un médico para abordar estas situaciones y garantizar un buen pronóstico de talla, así como para prevenir consecuencias emocionales.

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